Entre una de nuestras clásicas está realizar la integral de la pedriza, por lo que ante la petición de Carina que nunca la había hecho decidimos ir a por ello. Sobre las 8:15 horas de la mañana nos encontramos en el parking de Canto Cochino, con ánimos para comenzar la dura jornada; y yo creo que en la mente de varios de nosotros pululaba la idea, de que si nos iba bien, prolongar ese circo de la pedriza posterior con sus collados, praderas y trepadas, visitando el Yelmo. Pero por razones obvias, en el collado de las Dehesillas decidimos no prolongarla e ir directamente a Canto Cochino. Desde el parking tomamos el sendero sinuoso entre el bosque, que sube al Collado Cabrón, a unos 1.300 metros de altura, donde coinciden cinco caminos diferentes.
En esta encrucijada tomamos el primer camino a nuestra izquierda, dirección norte (en paralelo a éste hay un segundo camino, que lleva al prao Poyo). Es un sendero muy bien marcado con marcas blancas y amarillas, así como hitos, dirigiéndonos, en una cuesta cada vez más empinada, hacia un segundo grupo de riscos donde destaca el Pajarito,
donde tomamos la canal que delimita la pared oriental de éste; caminando sobre una fuerte pendiente, y con una sencilla trepada alcanzamos un callejón por el que pasamos
al lado norte de este macizo rocoso.
Discurrimos a través de una zona mas o menos llana rodeada de paredes de piedra (el jardín de la campana), luego bajamos a una pequeña zona llana, atravesándola, para coger una senda que asciende por otra canal hacia una zona de gradas rocosas, pasando bajo el carro del diablo;
tras una suave subida llegamos hasta una zona de bosque, atravesándola hasta el collado de la Romera, tomando el camino de la derecha hasta los Llanillos, ayudándonos de las señales e hitos. Aunque no nos resulta difícil seguir la dirección de la ruta correcta, dado que algunos de nosotros ya la han hecho en varias ocasiones, y por distintas subidas, además de contar con un gps (aunque a decir verdad, entre cachondeitos, era a lo último que hacíamos caso – sólo ante la duda (que más de una vez nos ha encauzado por el buen camino)!!! – esto es por seguir nuestra lema!!!!).
Entre las varias trepadas que nos vamos encontrando por el camino, algo mas duro es un paso donde nos encontramos restos de clavijas, desde el cual llegamos al risco de tres cestos, donde luego descendemos un poco, hasta un tramo horizontal de un pinar, emprendiendo luego una nueva subida, por un terreno despejado, ganando altura hasta casi el alto collado del Miradero (1878 m).
Desde aquí nos dirigimos hacia las Torres, alcanzando los 2020 metros de altura, llegando al llamado Comedor Termes, se puede decir que es la mitad de nuestro recorrido.