La Mira por los Galayos (intento)-08/12/2011




Distancia recorrida: 15,08 kms.
Altitud min.: 1.082 mts., max.: 2.340 mts.
Desnivel acum. Subiendo: 1.143 mts, bajando: 1.203 metros
Grado dificultad: difícil
Tiempo: 7 hrs. 57 min.
Fecha: diciembre 09, 2011-12-09
Finaliza en el punto de partida: si Coordenadas: 3295


 
Jueves, 8 de diciembre de 2011, es día festivo y qué mejor forma de celebrarlo que haciendo lo que más nos gusta, ir a la montaña. Esta vez la ruta elegida es La Mira de Gredos, pasando por los Galayos. Nos animamos a hacerla Ángel, Antonio, Emilio, Jose, María, Paco, Yolanda, Waldo (el bulldog francés de Antonio) y yo (Ana).Partimos desde distintas localidades de Madrid y nos dirigimos hacia Guisando (Ávila). La intención es comenzar la marcha sobre las 9 y media de la mañana, pero un imprevisto nos obliga a empezar con algo más de una hora de retraso, sobre las 10:40.

Dejamos los coches en el aparcamiento del Nogal de Barranco, que es un pequeño aparcamiento con forma circular, en cuyo centro hay una estatua de una cabra, un buen anuncio de lo que vamos a ver a lo largo del camino.
Aunque las previsiones meteorológicas eran buenas, no esperábamos un día tan caluroso, por las propias características de Gredos y la fecha elegida. Nos desprendemos de nuestras prendas de abrigo y comenzamos la marcha.
Iniciamos el ascenso por un bonito pinar. Aquí el camino es de tierra y, en algunos tramos, está pavimentado con grandes losas de piedra, la subida es suave, lo que en conjunto hace que este tramo de la ruta sea bastante cómodo. Aunque sólo dura unos 20 minutos.
Una vez que dejamos el bosque continuamos por un camino empedrado, con una pendiente algo más pronunciada, aunque está trazado en forma de zigzag, por lo que la subida no resulta pesada. Aquí ya comenzamos a ver el paisaje típico de la Sierra de Gredos, pequeña vegetación de alta montaña y las impresionantes murallas de granito.
Antonio, Yolanda, Jose y Paco se quedan un poco rezagados porque no quieren perder la oportunidad de hacer las primeras fotos, los demás continuamos el ascenso para no perder el ritmo.El calor va apretando cada vez más pero enseguida llegamos a la Fuente del Amanecer (unos 40 minutos desde el aparcamiento), donde Emilio aprovecha para refrescarse un poco.
Continuamos zigzagueando hacia arriba, lo que nos permite disfrutar de todo el paisaje que nos rodea


. La escasa vegetación no impide que veamos un bonito paisaje: observamos las rocas tapizadas, casi por completo, de liquen, lo que les da un color amarillo verdoso que resalta entre el gris del granito dejando una vista espectacular; y como resultado de la fuerte erosión provocada por el agua y el viento, nos encontramos con unas formaciones rocosas impresionantes, llenas aristas y picos, que crean un panorama heterogéneo.
Continuamos nuestro avance acompañados del rumor del agua procedente de pequeñas cascadas que salen entre las rocas que están al otro lado del cauce del río.
Poco tiempo después nos encontramos con la Fuente de Macario, donde María y yo aprovechamos para beber un poco. De este modo nos van alcanzando Yolanda, Antonio, Jose y Paco. (Ángel y Emilio van un poco más avanzados).



Juntos continuamos el camino hasta llegar a una bifurcación. Aquí tenemos dos opciones para llegar hasta el refugio Victory. Seguir recto, subiendo por La Apretura, entrando en una vía estrecha y con fuerte pendiente, que lleva directamente hacia el refugio, o bien cruzar el lecho del río Pelayo para subir por las zetas, un sendero serpenteante con una pendiente mucho mayor que la del camino ya recorrido, aunque menor que la de la otra opción.
Antonio, Yolanda y Paco deciden subir por La Apretura, mientras que los demás seguimos por el camino en zigzag, llevándonos con nosotros a Waldo. Este camino, visto desde la margen derecha del río, es impresionante, a mi me recuerda un poco a las antiguas fortificaciones celtas, con sus muretes de piedra haciendo un dibujo ondulado. Una vez en él, podemos contemplar todo el recorrido realizado hasta el momento.
 . 
Obligada parada para ver el paisaje,al fondo tuvimos la suerte de poder observar una espléndida cama de nubes blancas, enmarcada por un cielo muy azul, que creaban una imagen de tal belleza, que me siento incapaz de describir. Sólo puedo decir que parecía como si estuviésemos viendo un mar entre montañas




Continuamos nuestro camino, con una superficie totalmente empedrada y una inclinación del terreno muy superior a la que nos habíamos encontrado hasta ahora. Desde aquí vemos, prácticamente en todo momento, a los compañeros que escogieron la otra opción. También vemos de forma constante, a nuestra derecha, a los colosos Galayos, conformados por unas impresionantes torres de piedra, de las que destacan El Torreón y el Gran Galayo. Emilio comenta lo difícil que debe ser “enhebrar” sus agujas.  










Por fin llegamos al refugio Victory, donde Paco ya estaba esperando, y pudimos reponer fuerzas antes de emprender la subida hacia la Mira.

Ahora ya no hay ningún camino bien definido. Existen varias alternativas demarcadas por hitos. Ángel y Emilio eligen realizar un recorrido más recto, mientras que los demás preferimos subir haciendo “eses” ya que, aunque tengamos que hacer algunos metros más, la subida es menos dura
Hay que tener en cuenta que la superficie de esta parte del recorrido está formada por arena y pequeñas piedras sueltas que la hacen muy resbaladiza e inestable, por lo que es necesario mantener una atención constante. De todos modos cualquiera de las dos opciones es válida, recordando siempre que tenemos que ir hacia la izquierda, donde encontraremos el acceso hacia La Mira.

Finalmente, tenemos que trepar por algunas rocas y pasar por una grieta que nos conduce a una especie de prado que llamado Los PelaosAquí nos alegramos de ver toda la zona que nos rodeaba cubierta de nieve, a pesar de que tuvimos que extremar las precauciones, ya que era una nieve dura y muy resbaladiza. Notamos inmediatamente una fuerte bajada de la temperatura, con lo que tuvimos que abrigarnos un poco (por primera vez en toda la jornada).
De frente vemos el antiguo refugio, actualmente en ruinas, y a la izquierda La Mira. Nos plantemos si llegar o no hasta el pico. Tal y como está la nieve y ya que tenemos únicamente las botas de montaña, necesitaríamos unos 40-45 minutos para realizar el trayecto de ida y vuelta y hacer alguna foto. Teniendo en cuenta la hora, cerca de las tres, y la corta duración de los días en estas fechas, decidimos que lo mejor es comer y emprender el regreso. Aunque todos tenemos frontales no es aconsejable arriesgarse a hacer la bajada que nos espera sin suficiente luz.


Escogemos unas rocas que nos hacen de mesa y asientos y desplegamos nuestros “manjares”, compuestos por tortilla, empanada, cecina, sardinas… y muchas más delicatessens (desde luego en ese entorno todo sabe a gloria). Disfrutamos de un merecido descanso mientras comentamos cada uno sus sensaciones y nos echamos alguna que otra risa.
Mientras nos tomamos una deliciosa infusión preparada por Jose, con un exquisito sabor a canela, Paco, que está en plena forma, alcanza el pico de La Mira y regresa dando un rodeo, de modo que pasa cerca del antiguo refugio.
Recuperadas las fuerzas emprendemos el regreso, son ya las 15:30 y no nos podemos entretener mucho más. 
. Realizamos el descenso hacia el refugio Victory con mucha precaución porque ahora, a la



inestabilidad del terreno, hay que añadirle el desgaste realizado a lo largo del día, lo que nos obliga a mantener la concentración.  Mientras bajamos vemos a dos personas en lo alto del Gran Galayo, lo que nos parece digno de admiración. Los saludamos y nos devuelven el saludo. Otra buena imagen para el recuerdo.
Ya en el refugio hacemos una breve parada para tomar un poco de agua y disfrutar un poco más del paisaje. Allí estamos acompañados por 2 cabras que se retiran hacia un roquedal porque no se fían de Waldo (hacen bien).

Retomamos la bajada y volvemos a hacer una pequeña parada para observar, por última vez, la grandeza impresionante de los Galayos, que no dejan a nadie indiferentes.
Continuamos nuestro camino, pasando al lado de varias cabras que están ramoneando. Avanzamos sin prisa pero sin pausa, ya que cada vez va quedando menos tiempo de luz y nos gustaría alcanzar la zona más cómoda antes de que el sol se ponga definitivamente. Estamos muy satisfechos de nuestra salida y algunos lo manifiestan cantando (lo que nos ayuda a los  demás a agilizar el paso, je, je).
A las 18:30 estamos en el aparcamiento. Gracias a que el cielo se mantiene despejado no tuvimos que echar mano de los frontales, pero unos pocos minutos después de haber llegado es totalmente de noche. Más ajustado imposible.
A continuación nos vamos a tomar una merecidísima cerveza, y a pensar en la próxima salida. Waldo, totalmente agotado, se va a dormir al coche, en su transportín. Comenta Antonio que, aunque al principio le costó un poco conseguir que se adaptase a él, ahora sabe que después de la caja le espera una vida mejor (la montaña), lo que me hace pensar “anda, fíjate, lo mismito que nos cuentan a nosotros, sólo que no tenemos prisa por comprobar si es cierto”.









Datos:
v  Tiempo empleado en el recorrido.- 8 horas (ida, vuelta y varias paradas).
De acuerdo con el cartel del recorrido el tiempo estimado para la subida es de 3 horas. En todo caso consideramos que se precisan un mínimo de 6 horas de marcha efectiva para completar el recorrido.
v  Distancia recorrida.-  15 kms. hasta la Mira hecha por Paco con el gps.
v  Dificultad:
*      Orientación.- Fácil. Desde el aparcamiento el sendero está bien delimitado. Una vez finalizado éste, hay buena señalización con hitos. Es necesario asegurarse, en el tramo entre el refugio Victory y La Mira, de ascender hacia la izquierda para evitar la puerta falsa, que nos llevaría a un barranco sin salida.
*      Dureza.- Aunque los primeros tramos no son complicados, la constante subida, con pendientes cada vez más acusadas, y la inestabilidad del tramo final (entre el refugio y Los Pelaos) hacen necesaria una buena forma física y, en caso de haya nieve y/o hielo contar con el equipamiento adecuado. La bajada requiere mucha precaución. Tanto en subida como en bajada hay tramos que requieren ayudarse de las manos para mantener el equilibrio.
Comentarios:
v  Aunque en esta ocasión no hemos hecho caso de uno de nuestros lemas, que da nombre a este blog, sí hemos cumplido otra de nuestras constantes habituales (exprimir hasta el último nanosegundo de luz).
Aunque aquí tengo que matizar que Yolanda, Antonio y Paco sí han variado una parte del recorrido ya que la subida la hicieron por la Canal de la Apretura y la bajada por las zetas.
Texto: Ana

La subida por la Apretura no es complicada, aunque más despacio, te salvas de una subida por las interminables zetas.
Finalmente llegamos al refugio, donde ya nos espera Paco. Antonio y Yolanda llegan más o menos al mismo tiempo que nosotros. Aquí nos paramos a descansar un poco y a reponer fuerzas con algo de fruta, chocolate y agua fresca. Aprovechamos para comentar nuestras respectivas experiencias. Antonio y Yolanda parece que están un poco tocados por el esfuerzo de la subida con un calor agobiante. Pero, por supuesto, nadie desfallece.
Después del breve descanso continuamos la subida hacia nuestra meta.

6 comentarios:

  1. Me ha encantado la narrativa de esta ruta.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena descripción del recorrido y unas fotos magníficas. Sois estupendos compis.

    ResponderEliminar
  3. Que bien escribes chica,... me encanta, sigo diciendo que estais como cabras,(arriesgais demasiado) y a donde tiran las cabras????. ... Pero lo que me ha dejado con la boca abierta es la parte que dice que Jose preparó una deliciosa infusión.... ¿¿¿TU JOSE?????
    Besos
    Patri

    ResponderEliminar
  4. SOLO POR ESTA PROSA Y ESAS IMÁGENES MERECE LA PENA LOS RIESGOS ASUMIDOS, AUNQUE EL RIESGO MAYOS FUÉ LACALOR, Y SI NO QUE LE PREGUNTEN A WALDO

    TONI

    ResponderEliminar
  5. Las fotos son chulisimas, tuvo que ser durisimo por lo que se ve, mi hija me ha comentado que lo más dificil es la bajada que tiene mucha pendiente. Cuando este más entrenada me apunto.

    Pepi

    ResponderEliminar
  6. Como en la última foto aparezco yo con Antonio esto me hace recordar ese momento, llegué ya tocado al refugio, el sábado nos dimos nuestro paseo habitual a la Fuenfria, el domingo me habían llevado a Cabeza de Hierro y nos habíamos dado una paliza sobre nieve de 7 hrs. y media, el esfuerzo acumulado hizo mella en mí. Despues del refugio no podía con mi alma, me negaba a seguir, pero Yolanda y Antonio tiraron de mí, cada 5 metros se paraban a animarme y a darme agua en su taza, la que emplean para coger agua de fuentes y arroyos, mmmmnnnnn que rica, hasta me la echaban por el lomo, tambien recibía palabras de ánimo: "venga chiquitín que tú puedes" "ánimo que ya queda poquito" y parece que me sentaba bien porque hizo que siguiera hasta que por fin topé con una zona de chorreras de agua que procedían del deshielo, ahí ya me pude resfrescar y ya me sentí muy bien, tanto que seguí ya sin ningún problema, salvo por algunas rocas a las que mis patas no daban llegado. Fue mi primera pájara, por eso lo quería compartir con vosotros.

    GUAU!

    ResponderEliminar